“Si ahora se cometen tantos atropellos a las leyes, no es difícil imaginarse lo que pretenderán hacer si consiguen eso que tanto pregonan y desean con desesperación como es el tener los dos tercios en su cacareada asamblea plurinacional. Por eso el voto ciudadano consciente debe impedirlo en las urnas. Al parecer ganarán la presidencia. No dejemos que manejen las cámaras a discreción porque entonces la tiranía no tocará nuestras puertas sino que entrará sin pedir permiso.”

Dice el diccionario que, opositor, en materia política, es aquel que pertenece a la oposición.

Al no pertenecer ahora ni nunca a ningún partido político, podemos decir que no somos opositores.

Pero sí lo somos al ser ciudadanos con libertad de ejercer su derecho de manifestar su oposición a los desmanes que los gobernantes actuales cometen y que desgraciadamente se llevan a cabo con demasiada asiduidad.

Pareciera vivimos una etapa en la que conceptos como el bien y el mal dejan de ser relevantes y la que sufre las consecuencias es la sociedad. En realidad esto viene a ser muy parecido a una enfermedad mental.

La gente que se considera por encima del control de las leyes siempre tiene a flor de piel la tentación del abuso del poder. Y a eso sí nos oponemos.

Decididamente somos opositores al descabezamiento de las instituciones de la justicia porque el pueblo queda librado a la prepotencia de los gobernantes y a la ignorancia de los que ellos empujan a cometer toda clase excesos y tropelías.

Nos oponemos a las razones que esgrimen porque generalmente y a todas luces son una agresión a la inteligencia de la gente.

Cómo no vamos a oponernos a la burla que están haciendo de los mandatos de la Corte Nacional Electoral que obra de acuerdo a ley.

Por supuesto que no estamos de acuerdo con el manejo denigrante que hacen de las Fuerzas Armadas y la Policía que han desviado sus deberes al recibir órdenes que van en contra de los derechos constitucionales de la ciudadanía.

Estamos en claro desacuerdo del cambio que le han dado de República de Bolivia a estado plurinacional a nuestro país, en una falta de respeto que provoca enojo y pena. Lo mismo decimos de la Wiphala que ha sido colocada en los pasaportes al lado de nuestra tricolor y se quiere obligar a ser izada en los establecimientos educacionales. Bandera que por otra parte no pertenece a lo que ahora se llaman movimientos sociales sino que viene de España, ese país tan denostado por el Presidente cuando así le conviene.

Es lógico que estemos en desacuerdo con las incoherencias discursivas de nuestro primer mandatario de acuerdo a los escenarios en los que se presenta.

Por supuesto que no abrimos la boca para que nos quieran hacer probar chupetes dulces en épocas electorales manifestando repentinos amores por Santa Cruz.

Somos opositores y siempre lo seremos, a la maldad y al desprecio por la vida que en estos cuatro años de gobierno han provocado decenas de muertes de seres humanos en diferentes puntos del país.

Por esas y tantas otras cosas que en este espacio no cabrían si pretendiéramos enumerarlas, sí somos opositores, y nuestro sentimiento se asienta exclusivamente en el derecho que tenemos de habitar esta tierra en libertad.

Si ahora se cometen tantos atropellos a las leyes, no es difícil imaginarse lo que pretenderán hacer si consiguen eso que tanto pregonan y desean con desesperación como es el tener los dos tercios en su cacareada asamblea plurinacional. Por eso el voto ciudadano consciente debe impedirlo en las urnas. Al parecer ganarán la presidencia. No dejemos que manejen las cámaras a discreción porque entonces la tiranía no tocará nuestras puertas sino que entrará sin pedir permiso.

Enviado por el autor oscar bowles rivero [paquibowles@hotmail.com]