La luna se va alejando – Pedro Shimose – 10.9.2011

Desde que el presidente Evo dijera en tono imperial que la carretera se haría por el trazado previsto “lo quieran o no lo quieran” los indígenas del TIPNIS, las cosas han empeorado para el Gobierno y para el MAS. El Jefazo ha dicho que no hay alternativa posible y que los indígenas son unos “desubicados”. Los líderes de la marcha indigenista le han recordado al Presidente que él está donde está porque ellos le dieron su voto. ¿Quién es el desubicado? Le pidieron, además, que acudiera a reunirse con ellos. La respuesta gubernamental fue instigar a los cocaleros —presididos por quien sabemos— a que frenaran la marcha, confrontación que felizmente no se ha producido. Los que acudieron al llamado para bloquear la marcha de los indios fueron los “colonizadores” aymaras asentados en Yucumo. De producirse esta colisión, la protesta se convertiría en un conflicto entre indígenas andinos enfrentados a indígenas cambas. La prueba es que otros indígenas del oriente boliviano han declarado su apoyo a la marcha y bloquean otros caminos y carreteras.
De nada han servido los viajes comedidos de varios ministros. Los indígenas exigen hablar con el Presidente, pero don Evo se ha limitado a comentar que “la marcha se convirtió en una acción política”. Resulta curioso, pero eso mismo decía el presidente Sánchez de Lozada cuando el cocalero Evo Morales y el nacionalista aymara Felipe “Mallku” Quispe encabezaban, hace ocho años, sus marchas a la ciudad de La Paz.
¿Y el Gobierno? Lo único que se le ocurre es pedir, a estas alturas, la mediación del “sindicato católico”, tal como suele tipificar el Presidente a la Iglesia Católica. El Gobierno olvida que ésta aconsejó, al estallar el conflicto, el diálogo entre el Gobierno y las comunidades indígenas.
La Prensa – La Paz
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