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DE RIBERALTA AL ACRE parte VI (Diario de viaje) – 5.12.2023

Martes, 5 de Diciembre de 2023

Septiembre 7.
A horas 5 a.m. estamos en marcha a paso fuerte. Habríamos caminado tres horas sin descanso, cuando el guía, Palomeque, (indio de Tumupasa) que va a vanguardia de la expedición, sospecha que estamos extraviados. Se suspende la marcha, mientras él regresa a todo correr en busca de ciertos fregueses conocidos suyos que viven cerca, en los centros. Efectivamente, habíamos tomado un camino que conduce al Rapirran, casi en sentido opuesto a nuestro itinerario. Tenemos que volver por el mismo trayecto al punto de partida y tomar nuestro camino, A horas 10 a.m. pasamos por la barraca Ferreira, que parece de largo tiempo abandonada; y después de un breve descanso de pocos minutos, motivado por el calor asfixiante, avanzamos hasta llegar a horas 1 y 20 p.m. A Misión, barraca de un freguez Manuel Felicio.
De Joaquin Pedro A Misión dista cuatro horas.
El calor, y la fuerte lluvia que cae por la tarde, nos deciden á acampar esta noche aquí.
Entretanto, el 1° Jefe Teniente Coronel Canseco imparte órdenes reservadas A sus subalternos y escoge 50 hombres para adelantarse con ellos al día siguiente muy temprano y caer inopinadamente sobre Vuelta de Empresa, a fin de hacer de una vez acto de presencia y sorprender cualesquier tentativa de revolución.
Aquí es donde por primera vez contemplamos absortos a las mujeres brasileñas fumando en cachimba! Se considera esto como signo de importancia, según las costumbres del Acre, pues el cigarrillo solo fuman las mujeres de los soldados.
El tabaco, o fúmo como ellos dicen, es aromático é inmensamente superior al que conocemos en el interior de Bolivia.
Los navíos traen enormes cantidades de fúmo, sobresaliendo entre las diversas calidades conocidas el Madera, el Veado, el Braganza y el Acará que se conceptúa como al mejor de los tabacos del Norte del Brasil.
En nuestro Departamento del Beni, en los Cantones Santa Ana y Exaltación se produce el famoso tabaco Cayubába, casi semejante al Braganza brasileño.
Septiembre 8.
Serían las tres de la mañana, cuando sentimos que el 1°er Jefe se pone en marcha con su avanzada. El grueso de la expedición se moviliza al salir el sol, a paso acelerado, porque el deseo de llegar al Acre ya causa desesperación.
A horas 11 y 40 a. m. llegamos a Monte Santo, barraca nueva de Antonio Rodríguez Aires, donde hacemos un corto descanso para almorzar.
De Misión a Monte Santo, dista cinco horas.
Puestos de nuevo en marcha, a horas 1 p.m. llegamos a horas 5 p.m. a Morada Nova, barraca de José Anselmo Melgazo que nos recibe con toda cordialidad y donde hacemos alto para pasar la noche.
El mismo día á horas 2 p.m. llega a marcha forzada el Teniente Coronel Canseco a Vuelta de Empresa. Los vecinos se apresuran a cumplimentarlo y principalmente el Sr. León Hirsch, de origen francés y que desempeña el cargo de Corregidor boliviano. Hirsch es un buen amigo de Bolivia y su influencia en el río Acre es decisiva, sobre todo en esta parte, donde tiene su principal establecimiento, una cómoda y espaciosa barraca de madera, almacenes de comercio, etc. ( 1 )
El trayecto que hemos recorrido, desde el Abuná es, sencillamente, detestable.
No existe camino; apenas hay estrechísimas sendas que serpentean por entre las tupidas malezas y los espinos que nos desgarran la ropa a cada paso. No han sido abiertas, al parecer, con rumbo fijo, sinó que son picadas en el bosque, para ir de un centro a otro, menos al Acre; de donde resulta que la distancia se prolonga considerablemente.
Hay además que cruzar un enjambre de arroyos grandes y pequeños todos sin puentes, o a lo más, con un palo redondo atravesado. Estos bulliciosos afluentes del Abuná, del Rapirram, del Iquirí y del Acre, cruzándose por entre las selvas, con sus cascaditas, sus correntezas, sus barranquitas, harían las delicias de un poeta.
De seguro que en esta región los viajeros no morirían de sed en ningún tiempo.
Por esta época del año, maduran los frutos de los corpulentos y elevados almendros, que los hay en abundancia y constituyen parte de la alimentación de los siringueros. Aquellas nueces, enormes, ya sea que caigan espontáneamente o movidas por los traviesos monos que se pasean por esas cumbres, son un peligro para los transeúntes, no solo porque vienen de lo alto, sin producir el menor ruido, sinó por que equivalen a una pedrada. Se han sabido encontrar en los bosques, siringueros muertos con la cabeza totalmente partida por las almendras. Dentro de cada una, se cuentan hasta treinta y seis nueces.
Septiembre 9.
Hoy es el gran día para los expedicionarios, porque de todos modos llegamos al Acre. Estamos a dos horas de Vuelta de Empresa; y el camino es bastante llano y espacioso.
A horas 7 a.m. desfila el Batallón a paso resuelto. Mas a poco nos cae otra copiosa lluvia, por via de despedida que nos deja empapados. Las pendientes del camino se ponen resbaladizas, y en las partes planas nos encontramos andando como en un arroyo. La marcha se vuelve dificultosa; la distancia parece que se alarga; las horas pasan y no vemos sinó el bosque, alto, interminable y siempre sombrío.
Decididamente, Vuelta de Empresa está mucho más lejos de lo que pensábamos.
De improviso, se divisan por el lado del O. unas claridades por entre la espesura del bosque ¿Serán terrenos desmontados o será el Acre? A poco, llega a nuestros oídos el metálico canto de un gallo; y luego allá más adelante se presentan las siluetas, todavía indecisas de los techos de calamina.
Y para cerciorarnos, cuál si aún desconfiásemos de la realidad, preguntamos a un transeúnte: ¿Qué caserío es este?
-Es Volta da Empreza, contesta y sigue su camino.
Estamos en el Acre (2) contemplándolo, en su cauce profundo, con sus aguas lentas, al parecer inmóviles; encogiéndose y alargándose en su curso, cual si fuese una serpiente.
Después de un viaje penoso, necesariamente nos produce buena impresión el caserío de Vuelta de Empresa, tendido a lo largo de la margen derecha del río, sobre un terreno elevado pero que no escapa de las crecientes extraordinarias; en una llanura hecho por la mano del hombre que a fuerza de trabajo ha retirado los lindes del bosque en extensión de un kilómetro de longitud por medio kilómetro sobre el fondo.
Hay bastante población en Vuelta de Empresa, como que deben pasar de 400 los habitantes; muchos vecinos de cierta importancia local, comerciantes y propietarios de siringales a la parte del Iquirí.
Yendo por tierra a pie, más abajo, llégase en quince minutos a Empresa, lugar todavía más pintoresco que el anterior, con sus pampas algo más extensas en ambas márgenes en ondulaciones o colinas que se internan por el bosque y sus casas alegres, vistosas, de fachadas elegantes.
Algo más abajo está Vieja Empresa.
Desde Empresa, parece que el Acre, desviándose de su curso que es de S.O. á N.E., avanza en larga extensión hacia el N.O., formando un semi-círculo cuyos extremos quedan entre sí a corta distancia. Es a esta vuelta que hace el río, más arriba, a lo que se da el nombre de Vuelta de Empresa, y se tarda hora y media de navegación a vapor, de un punto a otro.
Todavía, más arriba de Vuelta de Empresa a dos horas de navegación, están las barracas Bayé, célebre por haberse librado allí uno de los combates contra los revolucionarios del año 1900; y Nova Empreza, con la cual son cuatro los lugares que llevan el nombre de Empresa.
(Continuara…)
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Referencias
1) También Hirsch ha desertado de nuestras filas en la última revolución. Su conducta equívoca con el Coronel Rojas, cuando se produjeron los acontecimientos de Vuelta de Empresa en Septiembre y Octubre de 1902; así como el haber sido uno de los que agasajó más a Plácido de Castro en el banquete del 28 de Enero de este año que le dio a bordo del Eurico el Sr Joao da Silva Paula, otro de nuestros antiguos amigos, festejando el triunfo de la revolución; no nos dejan la menor duda de su participación directa o indirecta en favor de los rebeldes.
N. del A.
2) El nombre aborigen de este río, que ha alcanzado una celebridad extraordinaria, es Aquirí, reconocido así también oficialmente y que en español quiere decir amargo-picante-Acre.
N. del A.
Tomado del libro: “La revolución del Acre” de José Manuel Aponte R.
Imagen: Foto-postal Batelón cargado con goma, rio Beni – Bolivia.

 

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