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Los damnificados se alimentan con animales del monte en Beni –

Martes, 29 de Marzo de 2011

Cristina Lurici no come carne hace un mes, cuando el desborde de los ríos en Guaguauno, Reyes, la obligaron a dejar su casa e instalarse en una carpa en los árboles. Ahora se alimenta de lagartos, víboras y gato del monte.


En el departamento de Beni, son 10 los municipios que quedaron bajo el agua, según el gobernador Ernesto Suárez. Las precipitaciones pluviales y el desborde de los ríos Beni, Maniqui y Quiquibey hicieron que 10 mil familias resultaran damnificadas.

Desde el 20 de febrero, las familias buscan las formas de sobrevivir en el desastre, durmiendo sobre árboles, en canoas y en los techos.

En la actualidad se alimentan con animales del monte. El jochi (chancho de monte), víboras, gato del monte y lagartos son parte de la nueva dieta diaria de los damnificados. “Mi marido entra al monte y saca el alimento. No nos queda otra que comer esto (muestra un pedazo de lagarto cocido en carbón) ¿quiere probar?”, invita doña Cristina a la periodista de La Razón.

Al borde de la selva y a las orillas del río Beni está otra de las comunidades afectadas por la riada, Carmen Florida, del municipio de Rurrenabaque. Allí 49 familias viven de la pesca y la cosecha de plátano, arroz, yuca y maíz, pero desde el 20 de febrero, día en el que se inicio el desborde y la inundación, la vida de todos los comunarios cambió totalmente.

“Ha sido la inundación más grande que he visto en toda mi vida, Todo está enterrado, mire mis cosas (levanta y muestra su colchón lleno de lodo) llegó el domingo, vine corriendo para salvar mis cosas pero todo estaba en medio de la llanura (agua). Dormí con mis ocho hijos dos semanas en los árboles, como mono pues. El agua se entró más dos metros, porque mi casa tiene tres metros y sólo se veía el techo, no salvé nada” relató Ramón Cuba.

En medio de las casas destrozadas y llenas de lodo, las familias continúan enfrentando el desastre, recorren una y otra vez su chaco, (sembradío) y tratan de salvar algo de las cosechas. Los comunarios de Carmen Florida aseguran que se mudarán a otro espacio más alto, “No quiero volver a amanecer bogando (flotando) en una canoa, buscaré otro lugar más adentro en una parte más alta, sólo necesito herramientas para volver a sembrar”, afirmó Justo Zurita.

Las aguas ya bajaron pero el lodo y el barro que quedó en cada casa impiden que las familias puedan vivir en esas condiciones. Para cocinar sus alimentos, las mujeres instalaron unos fogones en medio de la carretera en el caso de Guaguauno y en la selva en Carmen Florida.

Suárez aseguró que ésta es la mayor inundación que se ha visto en el departamento del Beni durante los últimos 20 años. “Esta crecida se ha presentado como nunca antes, ha acabado con todas las pertenencias”.

El PMA ENTREGA ALIMENTOS

Ante la difícil situación alimentaria que hay en las zonas damnificadas por las lluvias, el Programa Mundial de Alimentos inició la entrega de 341 toneladas de alimentos en todo el país.

Esta dotación permitirá beneficiar a 7 mil familias. Según Vitória Ginje, la representante del PMA en Bolivia, se coordina con los municipios y gobernaciones, la distribución de arroz, harina y aceite.

n En este marco ya se distribuyó 78 toneladas de alimentos al departamento de Cochabamba, 31 a La Paz, 209 a Beni y 25 a Pando, informó el PMA.

Los 10 municipios afectados en Beni son Rurrenabaque, Santa Rosa de Yacuma,Reyes, San Borja, Riberalta, San Ignacio de Moxos, Santa Ana, Baure y Magdalena.

Faltan médicos y medicinas

En Rurrenabaque hay sólo seis profesionales para 26 mil habitantes

“Tengo ocho hijos. Todos se han enfermado con resfrío y temperatura. En algunos, sus piecitos están con ampollas, creo que tienen sabañones o hongos no sé. No hay médico aquí”, relata doña Isabel Rimbanoco, quien vive en las carpas que se instalaron en la carretera Rurrenabaque-Reyes, de la comunidad Guaguauno, del departamento del Beni.

En estas carpas, otros 79 niños y niñas viven junto a sus padres, la mayoría de ellos corretean descalzos en medio de los charcos de agua y lodo que quedaron después del desborde del río Beni. En los charcos se observan restos de peces muertos y también, aseguran, que hay lagartos, gallinas y chanchos que fueron traídos por el agua, pero que ya están en estado de descomposición.

El director de Salud del Gobierno Municipal de Rurrenabaque, Guido Rivero, reconoce que es imposible llegar a todas las comunidades y familias damnificadas por el desborde del río Beni.

“En este municipio sólo existen 6 médicos generales, para atender 65 comunidades con 26 mil habitantes, además vienen los comunarios de otros municipios y no podemos negarles la atención. Nosotros sólo tenemos paracetamol y sales de rehidratación para darles en nuestro centro de salud” asegura Rivero.

La situación de infecciones de la piel y estomacales y resfríos es similar en todas las comunidades donde el rebalse de los ríos Beni, Quiquibey, Yucumo y Maniqui causó destrozos en los sembradíos y arrasó con los animales de los comunarios.
En Puerto Motor, los niños juegan descalzos un partido de fútbol y las niñas refrescan su tarde saltando en los charcos de agua.

Doña Magdalena comentó que no hay medicamentos. “Es muy grave, resfrío, dolor de barriga y temperatura, todo les ha dado. Vinieron los médicos pero sólo nos han dado paracetamol, por lo menos eso, ¿no?”, aseguró.

Rivero informó que se solicitó al Ministerio de Salud que pueda otorgar ítems para médicos especialistas, sin embargo hasta ahora no se respondió la demanda.

La autoridad reconoció que en el centro de salud de Rurrenabaque se agotaron los medicamentos para combatir infecciones de la piel. “Sólo tenemos paracetamol”, afirmó resignado.

Éver Vera, de la comunidad C. Soledad

“Todos mis hijos se han enfermado. Primero, les ha dado resfrío y temperatura; después tenían dolor de estómago y vómito; y como no hay médicos, sólo les he dado chame (yerba) para que no sigan llorando. Sus pies están todo carcomidos porque hay tanto animal muerto por el monte y ellos corren sin zapatos. ¿Qué vamos hacer?”

Nilo Mano, de la comunidad Guaguauno

“No me dio tiempo de sacar mis cosas, lo único que hice fue escapar. Yo tenía mi guachita (ganado) pero hasta eso perdí, todos los chanchos, gallinas y mi chivita revoloteaban, se ahogaron pues, porque el agua llegó aquí (muestra su cuello). Perdí también mi chaco, tenía una hectárea de arroz y yuca. Todo ha quedado bajo el lodo”.

Eugenia Fidencia, de la comunidad Carmen Florida

“Sólo me quedaron ocho gallinas y tenía 100, todas se ahogaron. No comemos carne, mis nueve hijos y yo sólo comemos huevo y plátano. A veces compro manteca para darle sabor a la sopa, todo se llevó el agua, mis ropas, los libros, mis ollas, hasta mis sembradíos. Mi marido trabaja para otros en la cosecha para comprar alguito”.

Félix Yumani, de la comunidad Puerto Motor

“Voy a volver a sembrar, tengo mis pollos (hijos) pues quién los va sustentar. Hay que sacarle lo positivo a esta inundación, ahora nuestra tierra está bien abonada porque el agua ha traído varios animales muertos y desechos de otros lados. Si usted vuelve en seis meses verá mi cosecha, sólo necesito herramientas para trabajar”.

Periodista:TEÓFILA GUARACHI
La Razon

http://www.fmbolivia.net/noticia22865-los-damnificados-se-alimentan-con-animales-del-monte-en-beni.html

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