Desde Bruselas – Jorge Cerball – 1.3.2011
Desde el 1° de Enero, los campesinos que plantan árboles en Tailandia
pueden aspirar a un préstamo bancario. Una manera de luchar tanto
contra la desforestación, como contra la pobreza y las expropiaciones.
“¿Está Usted agobiado por las deudas? Eche mano a su pala y cambie su
situación plantando árboles.” Tal es la última innovación financiera
del Banco Para la Agricultura y las Cooperativas agrícolas (BAAC), una
institución pública que concede préstamos a los campesinos pobres.
Desde el 1° de Enero, el banco acepta que plantar árboles tenga valor
comercial a título de garantía para un préstamo bancario. La idea del
“banco de árboles” nació en el Noreste de Tailandia bajo el gobierno
de T. Shinawatra (2001-2006), pero no alcanzó a materializarse bajo su mandato.
Afortunadamente, tres personas, un dirigente del BAAC, un funcionario
del Departamento de Silvicultura y un funcionario del Gobierno de la
región Sur, convencidos de que la idea permitiría no sólo aumentar la
“mancha verde” del país sino al mismo tiempo disminuir el
endeudamiento de la población, crearon un “banco de árboles” en
Chumphon. El proyecto piloto ha tenido tanto éxito que el BAAC ha
decidido extenderlo a todo el país. El establecimiento pide a los
lugareños que planten árboles mezclando especies que provean frutos
comestibles y madera. Este policultivo se inscribe dentro del marco
de la política de autosuficiencia promovida por el Gobierno. Es así
que los solicitantes de un préstamo bancario pueden utilizar los
árboles como garantía a razón de 50 porciento de su valor estimado, y
obtener una tasa de interés baja y reembolsable en 20 años, un lapso
de tiempo que en teoría debería permitirles salir de su situación de
endeudamiento. Además de producir frutos y de ayudarlos
financieramente, el banco de árboles favorece la protección de las
aldeas contra la sequía y las inundaciones. A decir de uno de los
responsables del proyecto, éste ha cambiado la idea del valor de los
árboles. “Antes, los árboles cobraban valor cuando se los cortaba para venderlos. Ahora tienen más valor en pié y vivos”, hace notar. Y prosigue:
“El proyecto contribuirá sin duda a disminuir el problema de la
incautación de tierras y a tratar de resolver la pobreza de los
campesinos. Pues actualmente la mitad de las tierras arables están en
manos de un puñado de propietarios. En los últimos diez años, la
parcela promedio por familia ha bajado de 3,2 a 2,5 Hectáreas. La
tierra habitualmente les sirve de garantía para contraer préstamos de
bancos o de usureros, con el fin de proveerse de semillas y abonos
químicos. Y cuando el campesino no logra pagar su deuda, pierde su tierra.”
(Ver también la página Babyloan.org, que permite a pequeños
empresarios la obtención de un préstamo concedido por un particular
del otro lado del
mundo.)
Traducido por Jorge Cerball
THAÏLANDE
Qui sème des arbres récolte des microcrédits
> pueden aspirar a un préstamo bancario. Una manera de luchar tanto
> contra la desforestación, como contra la pobreza y las expropiaciones.
>
> “¿Está Usted agobiado por las deudas? Eche mano a su pala y cambie su
> situación plantando árboles.” Tal es la última innovación financiera
> del Banco Para la Agricultura y las Cooperativas agrícolas (BAAC), una
> institución pública que concede préstamos a los campesinos pobres.
> Desde el 1° de Enero, el banco acepta que plantar árboles tenga valor
> comercial a título de garantía para un préstamo bancario. La idea del
> “banco de árboles” nació en el Noreste de Tailandia bajo el gobierno
> de T. Shinawatra (2001-2006), pero no alcanzó a materializarse bajo su mandato.
> Afortunadamente, tres personas, un dirigente del BAAC, un funcionario
> del Departamento de Silvicultura y un funcionario del Gobierno de la
> región Sur, convencidos de que la idea permitiría no sólo aumentar la
> “mancha verde” del país sino al mismo tiempo disminuir el
> endeudamiento de la población, crearon un “banco de árboles” en
> Chumphon. El proyecto piloto ha tenido tanto éxito que el BAAC ha
> decidido extenderlo a todo el país. El establecimiento pide a los
> lugareños que planten árboles mezclando especies que provean frutos
> comestibles y madera. Este policultivo se inscribe dentro del marco
> de la política de autosuficiencia promovida por el Gobierno. Es así
> que los solicitantes de un préstamo bancario pueden utilizar los
> árboles como garantía a razón de 50 porciento de su valor estimado, y
> obtener una tasa de interés baja y reembolsable en 20 años, un lapso
> de tiempo que en teoría debería permitirles salir de su situación de
> endeudamiento. Además de producir frutos y de ayudarlos
> financieramente, el banco de árboles favorece la protección de las
> aldeas contra la sequía y las inundaciones. A decir de uno de los
> responsables del proyecto, éste ha cambiado la idea del valor de los
> árboles. “Antes, los árboles cobraban valor cuando se los cortaba para venderlos. Ahora tienen más valor en pié y vivos”, hace notar. Y prosigue:
> “El proyecto contribuirá sin duda a disminuir el problema de la
> incautación de tierras y a tratar de resolver la pobreza de los
> campesinos. Pues actualmente la mitad de las tierras arables están en
> manos de un puñado de propietarios. En los últimos diez años, la
> parcela promedio por familia ha bajado de 3,2 a 2,5 Hectáreas. La
> tierra habitualmente les sirve de garantía para contraer préstamos de
> bancos o de usureros, con el fin de proveerse de semillas y abonos
> químicos. Y cuando el campesino no logra pagar su deuda, pierde su tierra.”
>
> (Ver también la página Babyloan.org, que permite a pequeños
> empresarios la obtención de un préstamo concedido por un particular
> del otro lado del
> mundo.)