Difieren mucho las informaciones sobre la situación por la que están atravesando nuestros compatriotas que viven en Japón.

A la tradicional desidia –sin desconocer que es peligroso generalizar– que caracteriza a los representantes diplomáticos y consulares del país en relación a las necesidades de los bolivianos que viven en el exterior se deben sumar las limitaciones de un Estado como el nuestro. De hecho, se ha informado que las instalaciones de nuestra Embajada han sufrido serios desperfectos en el último terremoto que ha asolado Japón.

También es cierto que los bolivianos que salimos al exterior somos reacios a cumplir un requisito que para cualquier otro latinoamericano es casi obligatorio: registrarse en la embajada o consulado más cercano. Se trata de un trámite burocrático que adquiere gran valor precisamente en momentos de crisis como los actuales.

En todo caso, algo se ha estado haciendo para, primero, ubicar a los bolivianos residentes fundamentalmente en Tokio y, luego, convocar a quienes deseen retornar al país a que se registren en la Embajada y se pueda organizar –en forma directa o en coordinación con otros Gobiernos de la región– su repatriación. Ojalá que del dicho al hecho no haya demasiado trecho.

En este sentido, Los Tiempos hará un seguimiento puntual de las informaciones que se conozcan, para lo cual en nuestra página web hemos incluido un link que además de registrar teléfonos de nuestros representantes diplomáticos en Japón, permite que los compatriotas puedan mandar mensajes para que sean reproducidos también en nuestra edición impresa. Es que más allá de las limitaciones, es la hora de la solidaridad eficaz.

http://www.lostiempos.com/diario/opiniones/sub-editorial/20110320/bolivianos-en-japon_117787_234117.html