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PERMITANME DECIR – Oscar “Paqui” Bowles Rivero – 15.12.2009

Martes, 15 de Diciembre de 2009

“Ya se tuvo, cuando la elección de los delegados para la Asamblea Constituyente, el regalo en bandeja al MAS de obtener la mayoría para ese cónclave con la desunión y la ambición personal y partidaria de sus oponentes.”

Decía la semana pasada, que las últimas elecciones dejaron muchas enseñanzas que habría que analizar fría y serenamente.

Ya se tuvo, cuando la elección de los delegados para la Asamblea Constituyente, el regalo en bandeja al MAS de obtener la mayoría para ese cónclave con la desunión y la ambición personal y partidaria de sus oponentes. Hubo incluso algunos que solamente probaban por si les surtía un carguito que les asegure unos pesos mensuales mientras durara eso que a la larga fue un remedo y ahora es de triste recordación.

Ahora está sucediendo algo parecido y con flores y cintitas le están ofreciendo al partido que acaba de dar una tunda en las generales, un presente enjoyado, con todo el amor de sus supuestos adversarios para que haga cera y pabilo de lo que queda en la región y quiera darse el lujo de bajar o doblar la cerviz de los cruceños.

No voy a entrar en disquisiciones sobre conductas humanas porque a lo mejor nos ponemos a llorar, lo que sí tenemos que decir es que Santa Cruz merece mas desprendimiento, mas coraje y mas objetividad a lo hora de ver las cosas. Pero en fin…… cada cual con su conciencia.

Santa Cruz, ni duda cabe, tiene una visión de país muy diferente a la del occidente y pareciera ese es un tema muy difícil de congeniar.

Los señores del gobierno no entienden que es con trabajo y educación que pueden hacer de éste, un país mejor.

En el año 2.006 escribí un artículo en el que me dirigí al primer mandatario diciendo: “Señor Presidente, usted llegó antes de lo yo, ciudadano común, había vaticinado. El presidente de extracción indígena que ya nadie podía detener, según mi concepción, aún no tenía cara visible. Esa imagen se me presentaba escondida en la bruma mañanera del mar que no tenemos. Pero usted llegó, y en qué forma. Pateando encuestas y derribando esquemas”. Y continuaba:

“Siempre he creído que hay hombres que nacen con una estrella especial que los ubica en el momento o en la coyuntura precisa para dar que hablar o para convertirse en un personaje de la historia. Esos hombres, por supuesto, deberán poner su cuota parte humana, para bien o para mal”. “Nadie le puede objetar a usted su deseo, su sana intención de reivindicar a la gente de su condición social. Está en su legítimo derecho, y es más, diría que es digno de aplauso. Para empezar, el mayor bien que puede hacerles es educarlos, sabiendo sí que tiene que ser largo y metódico el proceso. No puede darse entre la noche y el amanecer. Y de ninguna manera esa educación debe tener ingredientes de resentimientos, complejos y odios. Edúquelos, Presidente, pero tenga paciencia para ver los resultados. Quizás demande generaciones”. En otro acápite le manifestaba: “Usted está ante la oportunidad de ser un gran presidente, reconocido por todos. Las condiciones nacionales e internacionales le sonríen. Ahora depende del camino que escoja seguir. En este momento usted es Presidente de todos los bolivianos, por tanto debe pensar más en La Nación que en la política, más en El Estado que en su partido. Tendrá que dejar de ser un hombre masa, del montón, para darle valor a su investidura convirtiéndose en Estadista”. Permítame decirle también, que la humildad es una virtud que para conseguirla y asumirla hay que practicarla diariamente. Ser humilde no significa ser débil de carácter sino tener la capacidad o la modestia—desterrando el orgullo por supuesto—de comprender que no siempre tenemos la razón o la verdad de nuestra parte”.

Así le escribía yo al Presidente allá por el año 2.006. Está visto que las esperanzas fueron vanas y lo que pudo haber sido no fue.

Yo no soy periodista, ni analista ni nada por el estilo; simplemente soy un ciudadano con derecho a expresarse, pero como ya tengo mis años, a lo mejor hasta estoy atentando contra mi salud ganándome una úlcera, gratuitamente.

Alguna vez quisiera darme el gusto de escribir aplaudiendo por algo que valga la pena. Mientras tanto no hay de qué. Así pues, solo me resta agradecer a las personas que me alentaron o les gustó algo de lo que en este tiempo dije.

Para terminar, solamente expresar otra vez, mi amor por Santa Cruz.

Santa cruz, 10 de Diciembre de 2.009.

Enviado por el autor oscar bowles rivero [paquibowles@hotmail.com]

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