“Una cosa que no hay que dejar de hacer primero, es reconocer y rendir homenaje a la dignidad del pueblo pandino. Pese al abuso, al terror instalado en su territorio, a la bota puesta en el coto, a los fusiles paseándose por sus calles, ese pueblo ha mostrado al país su valentía, su estoicismo y el ejemplo, con su amor a la libertad.”

Comienzo a escribir este artículo dos días antes de las elecciones.

Observando por televisión los cierres de campaña de los partidos políticos, fue notoria la diferencia de coberturas mediáticas, y la vigilancia y protección policial junto con la del ejército para el caballo del corregidor, fue hasta chocante.

En Santa Cruz, la misma televisión mostraba y preguntaba a las personas de donde venían para la concentración masista, y era interesante escuchar que algunos habían sido traídos de Yapacaní, otros de San Julián pero lo impensado era que había gente que había sido traída de La Paz, de Oruro, y por supuesto, no faltaron los de Orinoca. Con razón se pudo ver bastante gente en el cierre de campaña y eso motivó que los candidatos llenen la boca agradeciendo la concurrencia. Y entre el público la latita roja de cerveza paceña circulaba a discreción.

Mano derecha al pecho y la izquierda a puño cerrado al cantar a voz en cuello el himno nacional de parte de los candidatos a las primeras magistraturas, pero cuando se entonaba el himno cruceño, las bocas estuvieron cerradas a cal y canto denotando la ignorancia absoluta de su letra.

La agresión en Sucre a la candidata Millares solo se puede catalogar de cavernaria y como dijo la Alcaldesa de esa ciudad, propia de maricones. Mejor no hablemos de la argumentación dada por un comedido funcionario gubernamental, porque tendríamos que meterlo en el mismo saco. Nadie se hace quebrar los huesos propios y el tabique de la nariz ni se somete a semejante golpeadura para achacar a otro.

Hoy, domingo 6 de diciembre, día de las elecciones, fuimos a votar y lo hicimos en orden y en paz, como toda la gente que acudió correctamente a ejercer su derecho ciudadano. Nada que ver con las agoreras palabras del señor Carlos Romero diciendo que en Santa Cruz se preparaban hechos de violencia—de parte de la oposición— para el día de las elecciones.

Ya en casa leímos un análisis hecho por Mario Vargas Llosa sobre Hugo Chávez y Lula da Silva en sus actitudes y las consecuencias que pueden acarrear, constituyéndose ellos y sumándole a sus vasallos, en un peligro para América Latina. Como siempre, el gran escritor y analista político, acertado en sus apreciaciones.

Por la noche y seguramente como la mayoría de los bolivianos, estuvimos atentos a los resultados que daba a conocer la televisión en sus diferentes canales.

Se anticipaban los resultados por las encuestas que días anteriores se dieron a conocer.

Una cosa que no hay que dejar de hacer primero, es reconocer y rendir homenaje a la dignidad del pueblo pandino. Pese al abuso, al terror instalado en su territorio, a la bota puesta en el coto, a los fusiles paseándose por sus calles, ese pueblo ha mostrado al país su valentía, su estoicismo y el ejemplo, con su amor a la libertad.

A la realidad no se la debe esconder. Hay que mirarla siempre de frente. Estas elecciones dejan muchas enseñanzas que habrá que estudiarlas a fondo, fría y serenamente.

El gobierno ganador tiene también la obligación de entender muchas cosas y quizás hacer suyos esos consejos en boca de Pepe Mujica el ganador de Uruguay que con su lenguaje llano decía hace unos días luego de su triunfo: “La democracia empieza en la oreja, escuchando a todo el mundo”. Y “La historia es una construcción tremendamente colectiva. Hay que negociar acuerdos, muchos acuerdos”.

Santa Cruz, 7 de Diciembre de 2.009.

Enviado por el autor oscar bowles rivero [paquibowles@hotmail.com]