El proyecto de construcción de una hidroeléctrica en Cachuela Esperanza, sobre el río Beni, sigue causando polémica entre los que piden la ejecución de esta obra y los que se oponen a la misma.

La Empresa Nacional de Electricidad (Ende) contrató los servicios de la consultora canadiense Tecsult, en 2008, para que ésta realice los estudios de factibilidad del proyecto.

Los que defienden el proyecto argumentan que la hidroeléctrica va a generar energía eléctrica y desarrollo económico para el Norte de Bolivia. Los detractores aseguran que la construcción de una represa en el río Beni causará más perjuicios que beneficios a esta región.

Para dilucidar este tema e intercambiar puntos de vista, la semana pasada se realizó en Trinidad el seminario “Implicancias del proyecto de construcción de la hidroeléctrica de Cachuela Esperanza en el departamento del Beni”.

En el evento participaron parlamentarios de Beni y Pando, representantes de instituciones y organizaciones e integrantes de las Fuerzas Armadas.

El evento fue organizado por la Brigada Parlamentaria del Beni, la Fundación de Apoyo al Parlamento y la Participación Ciudadana y la Fundación Konrad Adenauer.

Al finalizar el seminario, los participantes resolvieron que para pronunciarse a favor o en contra de este proyecto esperarán a que Ende presente los resultados de los estudios de consultoría.

EN SUSPENSO Tecsult debía entregar los resultados de tres estudios hasta marzo de 2011, pero a causa de problemas contractuales con Ende, la consultora suspendió el trabajo.

La empresa canadiense se adjudicó la elaboración de tres estudios por 7,9 millones de dólares. Ende pagó el 50 por ciento por el único componente que Tecsult entregó.

El gerente de generación de Ende, Alberto Tejada, explicó que a Tecsult le encargaron tres componentes: el estudio a diseño final y factibilidad del proyecto Cachuela Esperanza, la navegabilidad en el río Madera, y el estudio de los impactos de las represas Jirao y Santo Antonio que se construyen en Brasil.

Del primer componente, Tecsult ha entregado cinco de siete productos; falta el informe final y el de impacto ambiental, que según Tejada tiene un 60 por ciento de avance. Un ítem que está pendiente es la consulta pública.

Los estudios de los otros dos componentes encargados a Tecsult están pendientes y mientras no se concluyan, el proyecto de construcción de la hidroeléctrica está en suspenso.

Tejada señaló además que mientras el proyecto no cuente con licencia ambiental (que está pendiente) no se puede iniciar la construcción de las obras.

ARGUMENTOS DE ENDE Alberto Tejada, gerente de Ende, aseguró en su exposición que uno de los objetivos principales de la construcción de la hidroeléctrica es abastecer de energía a los pueblos del Norte amazónico del país, entre ellos Riberalta, Cobija y Guayaramerín.

Estos pueblos no reciben energía del Sistema Interconectado Nacional (SIN), por lo que se abastecen de sistemas aislados que funcionan con diésel subvencionado.

Tejada reconoció que estas ciudades tienen una baja cobertura de energía eléctrica, deficiente calidad de suministro y tarifas elevadas.

La tarifa residencial promedio por el servicio de energía en La Paz es de 59 centavos de boliviano por kilovatio hora, mientras que en Guayaramerín es de 1,27 bolivianos.

“Eso significa que la tarifa promedio en el SIN está en el orden del 46 por ciento con relación a la de Guayaramerín”, afirmó.

La capital del Beni, que antes tenía un sistema aislado, se abastece ahora del Sistema Interconectado Nacional gracias a la línea Caranavi-Trinidad, recordó Tejada.

Datos

técnicos del proyecto

Una vez que se construya la hidroeléctrica Cachuela Esperanza, esta planta tendrá la capacidad de generar 990 megavatios.

Se prevé construir una central de baja caída; la instalación de 18 turbinas de 55 megavatios de potencia cada una, una presa, un vertedero, la casa de máquinas y las esclusas.

La altura de la represa será de 35 metros.

Gobernación teme impactos negativos al medio ambiente

Los efectos negativos para el medio ambiente serán mayores a los beneficios que pueda traer la construcción de una hidroeléctrica en Cachuela Esperanza (Norte del Beni), según el representante de la Gobernación de este departamento, Alexander Letellier.

En su opinión, la construcción de esta hidroeléctrica causará más efectos negativos que las represas de Jirao y Santo Antonio de Brasil.

Dijo, por ejemplo, que la superficie que se inundará en Cachuela Esperanza con la construcción de la represa de embalse será de 1.016 kilómetros, tres veces más grande a la de las hidroeléctricas brasileñas.

Esta inundación ocasionará una elevación del nivel del agua de los ríos Beni y Madre de Dios. Además, la sedimentación a causa de la represa producirá el estrangulamiento del canal en pocos años.

La construcción de la represa, según Letellier, obstaculizará la migración de los peces, por ejemplo del bagre dorado.

Esta especie migra desde Venezuela hasta el sector de Cachuela y Riberalta, pero si se construye la represa no podrán concluir su recorrido.

La descomposición de la vegetación en el área anegada causará la emisión de metano, según el representante de la Gobernación.

Añadió que la generación de 990 megavatios no justifica una inversión de 2.400 millones de dólares, frente a los 3.100 megavatios de Santo Antonio y 3.300 de Jirao.

En opinión de Letellier, el costo de la energía que pueda producir Cachuela, estimada en 65 dólares el megavatio, es elevada y poco competitiva, respecto las hidroeléctricas de Brasil, calculada en 43 dólares.

En lo referente a los impactos sociales, Letellier aseguró que la inundación provocará la pérdida de tierras agrícolas y la perturbación en la actividad de la pesca.

“En el Beni, los impactos estarán relacionados a la inhabitabilidad de grandes sectores de este departamento por la inundación a causa de la represa en Cachuela Esperanza”, dijo.

Aclaró, sin embargo, que como Gobernación no están en contra de las aspiraciones que tiene el Norte del país (incluido Beni), y que por el contrario piden un desarrollo sostenible pero que no implique impactos graves al medio ambiente.

Observó que por el momento existe falta de información sobre este proyecto en la zona Norte del país, Riberalta, Guayaramerín y Cobija, principalmente.

“Es necesario debatir la conveniencia o no de la construcción de esta hidroeléctrica. Todos los sectores involucrados deben participar, Gobernación, municipios y comunidades”, concluyó.

Los pro y contra de la represa en el río Beni

Según el consultor independiente, Wálter Justiniano, el proyecto Cachuela Esperanza es inviable porque los recursos que se obtengan por la venta de energía a Brasil no va a solucionar la escasez de energía eléctrica en el Norte amazónico de Bolivia

Aseguró que la pérdida solamente en pesquería será de 40 millones de dólares al año en el Norte amazónico y nadie retribuirá a las miles de familias afectadas.

Según Justiniano unas 17 mil familias se verán perjudicadas con la construcción de la hidroeléctrica en Cachuela Esperanza.

Por su parte, el gerente de generación de Ende, Alberto Tejada, afirmó que la concreción de este proyecto va a significar para el Norte amazónico tener una fuente de energía segura, confiable, barata; y para el país representará la posibilidad de exportar energía y obtener recursos por medio de la venta.

A su turno, el diputado del Beni, Juan Carlos Ojopi, dijo que este seminario permitió reunir a representantes de Beni y Pando, quienes recibieron información sobre el proyecto de la construcción de la hidroeléctrica.

“Hemos visto irregularidades en su estudio medioambiental por lo que hay incertidumbre en su construcción”, afirmó.

Añadió que es importante que se concluya el estudio encargado a Tecsult para analizar si la construcción de la hidroeléctrica traerá beneficios o más bien efectos negativos al Norte amazónico del país.

“Lo que no debemos dejar de lado es la aspiración de cualquier sector del país, de lograr el desarrollo mediante la generación de energía, pero que sea dentro de los aprovechamientos legítimos con la menor afectación”, señaló Ojopi.

Dijo que sin un estudio no se puede definir ni hacer las consultas a las poblaciones que se podrían ver afectadas por la hidroeléctrica y este seminario sirvió para informar a la población sobre estos aspectos.

Por su parte, el presidente del Concejo de Riberalta, Wálter Angulo, afirmó que esta población quiere que se construya la Hidroeléctrica porque eso implicará progreso para esta ciudad.

“Siempre hemos sido excluidos del progreso, desde hace mucho tiempo y además pagamos la energía más cara, afirmó.

Ende debe tener licencia ambiental para iniciar el proyecto

El representante del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, Rodolfo Jáuregui, advirtió que mientras Ende no presente la ficha ambiental no dará luz verde para que se inicien los trabajos.

Explicó que la ficha ambiental presentada por Ende ha sido rechazada porque no cumplía con todos los requisitos, por ejemplo, no presentó su proyecto de evaluación de impacto ambiental, pese al plazo que se le otorgó.

Para volver a encauzar este trámite, Ende debe presentar una ficha medioambiental, de modo que el Viceministerio de Medio Ambiente pueda permitir la viabilidad del proyecto.

Toda obra o actividad debe ser necesariamente tramitada con la ficha ambiental a través de la autoridad competente, explicó.

A partir del contenido de la ficha ambiental se determina recién la categoría de la obra. En el caso de la hidroeléctrica se la ha catalogado como categoría uno y la norma señala que el estudio de evaluación de impacto ambiental debe ser detallado, añadió.

Mientras no se otorgue la licencia ambiental, el proyecto no puede ser iniciado. Ende debe empezar de cero con el envío de la ficha ambiental.

OTROS PROYECTOS El consultor e investigador del Instituto de Hidráulica e Hidrología, Jorge Molina, explicó que existen dos opciones, la de construir una gran represa para aprovechar la caída de 60 metros en el complejo del río Madera o construir varias hidroeléctricas. Los brasileños resolvieron construir las hidroeléctricas de Jirao y Santo Antonio y una represa binacional llamada Riberao. En el territorio boliviano, el Gobierno de este país decidió la construcción de la hidroeléctrica de Cachuela Esperanza.

Molina recordó que Ende tenía otros proyectos que se elaboraron en el pasado uno, por ejemplo, para generar 46 megavatios de energía eléctrica en la región del Norte amazónico.

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