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Bolivia: un abrazo fraterno para el Beni en su aniversario – Enrique Bachinelo/HOYBOLIVIA – 19.11.2009

Jueves, 19 de Noviembre de 2009

Trópico, lujuriante selva, verdes pampas de grandes extensiones, ríos enloquecidos y turbulentos que corren desbocados hacia el Atlántico. Territorio con escasa densidad poblacional, habitantes tranquilos, sumidos en el apacible disfrute de sus atardeceres, la riqueza de la tierra fértil y la emoción de cruzar sus ríos poblados de los peces más extraños del mundo, impulsan a los nativos de esas misteriosas regiones a meditar su grandiosidad.

Las selvas están llenas de aves multicolores, gorjeos, canciones silvestres ejecutadas por la población aérea que se confunden con los chillidos de las parabas y los sonidos del crujir de la tierra y el rugir del jaguar. El bosque a orilla de los ríos rodea las sabanas,  llegan hasta las fronteras del Brasil donde se confunden con inmensidad grandiosa de la floresta profunda llena de misterio, tribus de nativos que se mimetizan en el follaje de sus entrañas.

En el Beni es importante destacar las pampas donde retozan miles, millones de cabezas de ganado vacuno, caballar y la vida vegetativa del trópico abriga a especies de animales salvajes y primitivos que aun no han sido identificadas por los científicos.  La riqueza en maderas, aves, peces, animales salvajes, se amalgama con los minerales que encierran sus entrañas. Un mundo extraño, tribus primitivas, escasa población en sus ciudades, territorio arrinconado y olvidado. Allí está el futuro renacer de Bolivia.

Beni es el nombre autóctono de una gran extensión territorial en el nordeste boliviano, zona tropical con temperaturas altas, anchurosos ríos que cruzan su territorio rumbo al Amazonas.  El 18 de Noviembre ese departamento festeja 165 años de su creación mediante un Decreto Supremo que dispusiera el Gral. José Ballivián a fin de darle dinamisidad y orientar su progreso con la idea de aprovechar sus lujuriantes corrientes acuáticas para comunicarse con el Atlántico. Fue una quimera, como todo lo que se proyecta para ese departamento. 165 años de olvido.

Al nacimiento de la república de Bolivia en 1825, las grandes extensiones territoriales del oriente boliviano totalmente desconocidos por gobernantes y habitantes del occidente, fueron integradas a la nueva nación dándoles el denominativo de Territorio Nacional de Colonias. Con el decreto de Ballivián  surgieron dos departamentos: Beni y Pando, con vida propia, sujetándose a las leyes escritas y de la naturaleza.

Pero, la historia va mas allá: El 18 de noviembre de 1841 se enfrentan los ejércitos de Bolivia y el Perú, en la altiplanicie de Ingavi en el departamento de La Paz. Gamarra  presidente peruano encabeza sus regimientos invadiendo el territorio boliviano. Ballivián conduce sus desmirriadas fuerzas para enfrentarse a su enemigo con tropas disminuidas y mal armadas en comparación a los peruanos. Dice la historia que solo alcanzaban aproximadamente a 4.000 efectivos. Pero la valentía, el coraje y el amor a la patria, Ballivián consigue derrotar a un ejercito poderoso con más de seis mil hombre. En esta batalla muere el general invasor.

Ese triunfo alboroza al pueblo de La Paz y con festejos, coronas de flores y arcos de plata ingresa Ballivián a la ciudad. El Congreso de esa época designa a ese general como Presidente provisional y, éste dicta el decreto de referencia como homenaje al triunfo de Ingavi al año siguiente de su victoria, creando el departamento de Beni.

Pero, las razones fueron mucho más poderosas para ese reconocimiento al oriente boliviano que requería de inmediata atención: El gobierno del Perú, dispone el cierre de los  puertos de Arica  y de la población de Tacna, en represalia por la derrota de su ejercito y la muerte de su presidente. Por su parte la Argentina también cierra el paso en la frontera impidiendo todo contacto con ese país.

Bolivia se encuentra sitiada, no tiene salida al exterior, entonces Ballivián considera que seria muy favorable aprovechar las corrientes de los ríos Mamoré y Madre de Dios que desembocan en el Amazonas que llega hasta el océano Atlántico. Quiméricas ilusiones, esperanzas frustradas.  El Gral. no pudo cristalizar ese proyecto porque lo primero era defender su sillón presidencial  de sus enemigos que conspiraban para derrocarlo. Y, la historia continua con un mar de amarguras, fracasos, incomprensiones del vencedor de Ingavi. El final es triste y amargo por la vía crusis que atravesó en el ocaso de su vida.   

El Beni tiene como capital la pintoresca ciudad de Trinidad,  construida sobre soportes de cimientos de madera dejando un espacio abierto entre la tierra y la vivienda, dado que, las lluvias llegan con furor y inundan anualmente a esa ciudad y las zonas vecinas.  Las extensiones que se llenan de agua son enormes, llegando hasta 100.000 ks2 formando pantanales o “curiches” como llaman los nativos a esas zonas.  Los caimanes y reptiles, que no muy pacíficos, adornan las aguas turbulentas. El hombre de Trinidad  recela del cielo sereno y cuando viene la tempestad, camina sobre las o­ndas y desafía al viento.

El trinitario se caracteriza por su sencillez, cordialidad, mucho entusiasmo para departir en la comunidad, alegre y dicharachero. Son  hombres apegados a la tierra buscando el buen vivir, pero lo hacen sin mayor esfuerzo y de buena voluntad. Las damitas son el adorno de esa tierra: bellas, simpáticas, acogedoras. Participan con mucho entusiasmo y alegría en los festejos locales y familiares. Excelente ama de casa y experta en el arte culinario. Los turistas anotan que las mujeres más bellas están en Santa Ana, no cabe duda.

El habitante de las poblaciones del Beni es respetuoso de la amistad y de la visita de los turistas que llegan de muchas partes del mundo. Beni comprende que el turismo es una línea que hay que tomar con mucha atención. En  verdad es un campo extenso para mostrar a los visitantes las magnificencias que encierra esa tierra. Guayaramerin, Riberalta y otras poblaciones pequeñas constituyen  atractivos naturales  para los extranjeros. Los ríos son vigilados por la fuerza naval con que cuenta ese departamento y que presta servicios de salud, seguridad y el control de las fronteras naturales.

Los españoles cuando descubrieron esas tierras buscando El Dorado, llevaron sus arcabuces, espadas y curas. Al no encontrar la riqueza que perseguían los barbudos,  se retiran de esas inhóspitas tierras. Alguien dijo que se puede matar al soñador, pero no se puede matar el sueño y, los jesuitas sacerdotes de esa organización se quedan para adoctrinar en la cristiandad y orientar en las artesanías a los nativos. En verdad esa organización religiosa cumplió varios objetivos importantes: la religión, el fomento artesanal, la música  y la crianza del ganado vacuno que, algún caballero de Dios trajo algunos ejemplares de Europa.

En esta especial fecha: ¡Felicidades Beni, que el esfuerzo de tus brazos levante tu progreso y por ende de la patria Bolivia!

http://www.hoybolivia.com/Noticia.php?IdEdicion=562&IdSeccion=7&IdNoticia=23701

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