El incremento del precio de la madera llevó a comunidades cercanas a la ciudad de Riberalta, del departamento de Beni, a inclinarse cada vez más por el negocio de la madera como complemento a la actividad castañera y dejar de lado a las actividades tradicionales como la agricultura.

El mercado doméstico de la madera constituye un nicho de la comercialización muy importante en términos de volúmenes aprovechados y cantidad de actores involucrados, como los propios comunarios, empresarios y consumidores locales. En el ámbito económico informal satisface las expectativas socioeconómicas e influye en la calidad de vida de las comunidades aledañas a Riberalta, según el estudio “Cadenas de la madera y castaña en el mercado doméstico de Riberalta, Beni” .

Ahora se nota más que en los últimos diez años la extracción de la madera, que al parecer también es fruto de la flexibilización de la Ley Forestal (1700), que se ha ido adecuando para facilitar a las comunidades el aprovechamiento del recurso, que antes estaba enfocada solo a la madera preciosa, acota el estudio.Los altos precios de la madera motivaron a las comunidades no sólo a extraer este recurso de sus territorios bajo planes de manejo, sino también a vender su fuerza de trabajo a las empresas las forestales, para garantizar una economía que les ayude a compensar la falta de ingresos que tenían por la actividad agrícola, que hoy en día está abandonada.Para el caso de la madera los mecanismos formales de financiamiento para las operaciones forestales son limitados dentro del mercado doméstico, y los informales se basan en avances en dinero de los escalones mayores en la cadena, prestamistas y familiares que proporcionan créditos a tasas de interés elevadas.Estas sinergias se mueven en función del periodo estacional, ya que la madera es aprovechada en época seca, mientras que la castaña en la húmeda. “Usualmente la extracción de madera es organizada por el motosierrista, y existe una fuerte sinergia e interdependencia entre el mercado doméstico de la madera y castaña en la economía de las comunidades”.La extracción de la madera dentro de las comunidades no cumple necesariamente lo que señalan las normas, en sentido de aprovechar el recurso forestal en base a una planificación de uso y aprovechamiento. “En las comunidades indígenas tienen su límite de aprovechamiento que es de cinco árboles por hectárea, pero igual no cumplen”, se asegura.Según la Cámara Forestal de Bolivia (CFB), la crisis económica que atraviesa la Unión Europea y Estados Unidos, el cambio climático y la burocracia que impuso la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Tierras y Bosques (ABT), provocaron la caída de las exportaciones maderables.La caída de las exportaciones de productos forestales maderables de Bolivia, durante el periodo de enero a septiembre de 2012, cayeron en 20.4 por ciento (%), comparado con similar periodo de 2011. En términos monetarios esa caída se tradujo de 65.9 millones de dólares en 2011 a 52.6 millones de dólares durante el año pasado.

Fuente: http://www.jornadanet.com/n.php?a=88751-1